Encontrar buenos desarrolladores siempre ha sido un reto. Pero en 2025, con la irrupción de la inteligencia artificial, el trabajo remoto y la creciente demanda de perfiles híbridos, detectar las señales de alerta antes de contratar es más importante que nunca.
Un CV impecable o un portafolio lleno de proyectos ya no bastan. Lo que realmente marca la diferencia es la capacidad del desarrollador para adaptarse, colaborar y aportar valor real al negocio.
A continuación, te contamos las principales red flags que deberías tener en cuenta antes de tomar una decisión de contratación.
La IA ha facilitado la creación de CVs y proyectos de muestra, por lo que algunos candidatos pueden incluir trabajos generados con herramientas automáticas que no dominan.
Qué observar: pide que te expliquen cómo resolvieron un problema específico dentro del proyecto. Si no pueden hacerlo con claridad, probablemente no escribieron el código ellos mismos.
Un CV con 10 lenguajes de programación y 5 frameworks puede parecer impresionante, pero también puede indicar falta de profundidad.
Qué observar: solicita ejemplos concretos de cómo aplicaron esas herramientas y qué resultados lograron. Un buen desarrollador puede explicar su proceso con sencillez.
En la era de Copilot y ChatGPT, apoyarse en IA está bien, pero depender completamente de ella no lo está.
Qué observar: durante una entrevista técnica, plantea un problema simple y analiza si el candidato puede razonar sin depender de una búsqueda en internet o una herramienta externa.
Muchos desarrolladores saben programar, pero no comprenden qué valor aporta su trabajo al cliente o al usuario final.
Qué observar: pregunta cómo traduciría una necesidad del usuario en una función o cómo priorizaría una tarea según el impacto en el negocio.
La tecnología avanza rápido, y un desarrollador que no se actualiza puede quedar rezagado.
Qué observar: pregunta qué nuevas herramientas o cursos ha explorado recientemente. La curiosidad constante es una señal de buen desempeño futuro.
Un código que solo el autor entiende puede convertirse en un problema serio.
Qué observar: solicita ejemplos de su trabajo y revisa si sigue buenas prácticas: nombres claros, comentarios, control de versiones y pruebas básicas.
Entregar rápido no siempre es entregar bien. La falta de criterio al estimar tiempos genera retrasos y estrés en los equipos.
Qué observar: propón una tarea hipotética y pide una estimación. Un desarrollador experimentado considerará dependencias, validaciones y posibles imprevistos.
En 2025, contratar desarrolladores no solo se trata de habilidades técnicas, sino de identificar profesionales con mentalidad de aprendizaje, claridad comunicativa y compromiso real con los resultados. Detectar estas red flags a tiempo puede ahorrarte semanas de retraso, costos innecesarios y rotación de talento.
La buena noticia es que los mejores desarrolladores también buscan empresas que valoren la transparencia y el crecimiento conjunto. Cuando ambos lados entienden lo que realmente importa, el trabajo fluye y los resultados llegan.